Descripción
Cuando, estando frente al pelotón de fusilamiento franquista que habría de ejecutarle, Amós Acero Pérez se negó a que le cubriesen los ojos con una venda, mantuvo la misma solidez, entereza y claridad de espíritu con las que había encarado toda su vida.
He aquí su historia, su testimonio —a través de varios escritos de su puño y letra— y su legado en una nueva edición revisada de un volumen anterior promovido por la Fundación Vallecas Todo Cultura, que incluye además fragmentos inéditos de un recetario farmacéutico manuscrito por el propio Amós.
Fecha de publicación: 18 de marzo de 2025
ISBN: 9788412494181
Páginas: 302
PVP: 20 €
Por ejemplo, inevitables clases particulares de matemáticas o física, o vender collares de coloridas cuentas en el Rastro a turistas curiosas que viajaban en los tempranos ochenta a España a beneficiarse del sol, de la debilidad de la peseta frente al dólar y de los nativos, aunque en este caso ha de decirse que el beneficio era mutuo, lógicamente.
También la participación activa en proyectos de dinamización, como el desarrollo de talleres culturales en cuarteles, abriendo espacios para la cultura y el arte gestionados conjuntamente por mandos y reclutas. Toda una experiencia en unas unidades militares que comenzaban a asumir el proceso democrático que la sociedad impulsaba. Quien dice cuarteles dice centros penitenciarios, todo ello en las épocas en que el dictador estaba recién embalsamado.
Y ya con el paso del tiempo, decayendo las colaboraciones en radio, o prensa, para ir posándome fundamentalmente en la promoción sociocultural de base, desarrollando muy variados proyectos durante décadas, en el ámbito vecinal y especialmente enfocados a la animación lectora, defendiendo siempre la idea de que la trinchera cultural es una línea Maginot defensiva de la calidad de vida de los ciudadanos y sobre todo del desarrollo de sus capacidades críticas.
Porque a pesar de todo, un poema, un canto, un baile, la más minúscula creación aun siendo una artesanal cerámica, representa siempre un triunfo ante los hombres grises que nos pretenden agrisar. Y porque asimismo es cierto que un pequeño grano de arena es capaz de detener al más imponente engranaje.
Así pues, a impulsos soñadores, seguimos navegando…