Descripción
Durante un encuentro mundial de la Teología de la Liberación, un sacerdote es asesinado en Vallecas. Como principal sospechoso, la policía detiene a un poeta argentino amigo del inspector Ramalho da Costa, que removerá la tierra y el cielo para demostrar su inocencia. Sus pesquisas le llevarán a intervenir entre facciones rivales dentro de la Iglesia católica, que pugnan por el poder ante la llegada del Papa Francisco. El enigma está servido: en un Madrid envuelto en una crisis de inseguridad ciudadana, un homicida que mata a escritores, un demente que secuestra y viola a menores y un justiciero que acaba con todo aquel que haya sido acusado de corrupción. El inspector Ramalho da Costa, alias el Trini, fue creado hace diez años por Alejandro M. Gallo. Sus novelas y relatos se consagraron con tal éxito de crítica y público que le llevaron incluso hasta la novela gráfica, con guiones del propio Gallo y dibujos de Julio Cangialosi y Vicente Cifuentes.
“He vivido treinta años en Vallecas (la “k” empezó a sustituir a la “c” poco antes de empezar aquello que se ha llamado eufemísticamente “transición”), además he trabajado veintiocho años en Vallecas. Conozco Vallekas. Y entiendo perfectamente a Ramalho cuando dice, a través del narrador, aquello de que necesitaba el lazo con el barrio, con sus amigos, para sentir a dónde pertenecía. El barrio crea una serie de fidelidades que no las puede fabricar ninguna institución del orden que sea. Barrio significa juegos, peleas, amistad, solidaridad, guateques, amores… Barrio significa pertenecer a un grupo social, el tuyo. Eso sí, no debemos engañarnos: un día encontré una pintada en el barrio de Tetuán, Madrid. Decía “¡Barrio o muerte!”. Eso ya no es barrio, eso es integrismo sociológico, cuando la personalidad queda absorbida, no subsumida, por otra instancia que uno no ha contribuido a crear. El barrio existe antes de uno, pero uno lo va construyendo en unión de los suyos, mientras se va haciendo a sí mismo, y el barrio, después de uno, ya no es el mismo. Eso es el barrio. Eso es para mi Vallekas.” Enrique Bienzobas.